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Muchas cosas vienen a mi mente cuando pienso en Día de Muertos. Para empezar la ofrendas y todas es figurillas de calacas que colecciono obsesivamente desde hace muchos años.
Pienso en las fiestas de disfraces a las que asisto, las calaveritas de azúcar que aunque son hermosas, es horrible comer. El dulce de calabaza que preparo y que me apaño con leche tibia.
El maestro Alfredo Reyes que estímulaba mis ideas para que dibujará la muerte en la inocencia de mi infancia y todas las historias de José Guadalupe Posadas que contaba.
A los muertos que me ha tocado llorar ; Mi abuela Chelo, mi abuela Ruti, mi Jefe o sea mi abuelo, mi tío Ángel y la ofrenda que nadie ve en mi sala. El Mercado de Jamaica infestado de flores. Los niños pidiendo dulces en mi calle y a los cuales, al menos en mi casa, este año les fue re mal.
Hoy, al estar sola en la suciedad de mi cuarto desordenado, me acuerdo de Él y lo lamento. Fue en Noviembre, hacía mucho frío y yo no me entendía.
Rubén Bonifaz Nuño en su libro " Albur de Amor" escribió :
"Me cerraste tu puerta. Afuera,
ara hacerte conquista, escribo
mi nombre en la lista de tus muertos.
Y será la flor que te acomode
el cempasúchil de Noviembre "
Y yo tenía 13 años cuando lo leí. Y tengo 23 1/2 y apenas lo entiendo.
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1 comentario:
Chipi Chipi...
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