Me gusta dormir por las tardes. No todos los días pero si en ciertas ocasiones. Me gusta dormir en las tardes que llueve y las ventanas se empañan. Me gusta cuando llueve. Y me gusta recordar que mi padre me dijo que el agua es vida cuando salíamos a cazar sapos en el jardín de la vieja casa. " ¿Verdad papá que el agua es vida?" le preguntaba a mi padre como si tuviera información privilegiada. Claro.
La última tarde que dormí escuchando la lluvia, tuve uno de los sueños más chingones que he tenido en toda mi vida. Real, detallado, vibrante, reparador y sin duda, revelador. Uno de esos sueños tan asquerosamente reales de los que uno se despierta tan feliz como si hubiera pasado. Y tan triste porque no ( chingadaputamadre) pasó. Probablemente haya sido un sueño ñoño producto de la añoranza de tiempos pasados aún presentes.
Piquénle al link y pongale play ( Pues en mi sueño esta era la música de fondo y además a nadie le hace daño escuchar a Jamie. )
http://www.youtube.com/watch?v=TLVqK29p3RESoñé con ese hombre que fue tan mío y el único al que realmente he pertenecido. Mi mejor amigo, mi mejor amante, mio. El producto de todas las cosas que soñé en mi adolescencia y que se afinaron en mi pre-adultez.
Estaba con 2 de mis hermanos ( Peaches & Valebria) chacoteando en el aeropuerto. Ya teníamos hambre y moríamos de ganas de comer puerquita pibil. Agua de horchata, panuchos y flan. En un torpe descuido había olvidado mi celular en el coche y cuando regresamos para irnos, ví muchas llamadas pérdidas. No pasó nada. Nos subimos al coche y bajabamos los niveles. 1,2,3,4. Había una fila larga, la ya clásica ineptitud de los cajeros de estacionamiento y abriendo la ventana, un tipo me saludaba. Yo le saludaba de vuelta y tuve la sensación de que la mano que agitaba era la mano de la llamada pérdida. A lo lejos, otro tipo alto saludaba también y trataba de captar mi atención.
Y de repente, ... Era Él. Tan obvio como siempre. Tan alto como siempre. Tan particular como siempre. El Guero que parecia muñeco ( Zona de tiendas de lámparas de Luis Moya).
Peaches y Valebria cerraban las puertas del coche, " Eso ya se fue" decían pero no contaban con mi crackera astucia de barrio, y rompí la ventana del coche y salí para acercarme a donde estaba Él. No podia no bajar.
Nos sonreíamos a la distancia. Como siempre nos sonreímos. Con las mismas caras de idiotas endorfinosos con las que nos vimos la primera vez que cenamos juntos . Estaba asquerosamente radiante y feliz de verlo. Y como siempre ( como con muchas cosas) no me aguanté las ganas de ir y abrazarlo. Me abrazó largo tiempo. El olor. Y mientras volaba por gordas y esponjosas nubes de azúcar de colores con chispitas y unicorníos bailarines, no podía hacer más que expresar mi alegría/incredulidad al repetir " Todos los días".
Todos los días lo extraño. Todos los días extraño algo. Todos los días se manifiesta. Aparece en los libros, en la televisión, en alguna situación aleatoria, un gusto, un ligero placer o algo dicho en esos más de 730 días. Todos los días se manifiesta en mi memoría.
" Yo también. Nadie sabe las cosas que tú sabes" ( ¿ Para qué decir que no, si si?)
y que agarra y que me besa. Me besa como la primera vez que vino a mi casa y me besó bajo la lluvia a lado de los botes de basura ( el bonito detalle romántico crack).
Estabamos sentados en el zócalo. Esperando algo. No sé qué. Algo. Y platicabamos de todos estos meses ( cof, año y cacho) y de nuestras vidas, de los encuentros con otras personas, la universidad, los trabajos, nuestras familias y las películas. " Tengo tanto que contarte. Ya necesitaba verte para contarte lo que he hecho. Creo que estoy muy contento. Y ahora no sólo estoy contento, estoy feliz porque estás aquí" ( Y en los sueños se repara, ¿qué no?).
Y se escucha el sonar de un claxón de Tarzán ( Fino ) y un bici-taxi espera para llevarnos a San Ildelfonso, como aquella vez que tomamos tan sofisticado transporte para ir al Teatro de la Ciudad a ver a Jorge Drexler ( " Yo le cobro 50, señor. Sólo déjeme tener el reto de llevarlo" / Si desde el corazón a los dedos no hay nada en mi cuerpo que no hagas vibrar).
Era una fiesta cuquis, pipiris nais, pomadosa, de pura gente bien acá. Fácilmente El Pirrurris pudo haber sido el anfitrión y servir chocolates ferrero rocher como en las fiestas del embajador. Todos con sus mejores ajuares adquiridos en las boutiques de Coruña , trajes de fino corte al estilo Men Lova y elegantes chamarras Usted By Me. " Esta es una fiesta de gala, como pueden ver pero ya los conocemos. Sabemos como son. Pasénle" . Jujujú.
Y mientras caminabamos, los personajes de nuestra historia aparecían ; el jipi mugroso que tocaba la guitarra en San Miguel de Allende, Coyoacán y Taxco. La Sra. Herrera del Rincón de la Higuera. Los trasvestis del 69. El niño gordo pseudo-pelirrojo que vende muñecas y mienta madres. El Sr. Chie de la comida china. La ruca de la barbacoa de mi mercado que todavía pregunta por Él. Mi madre y las pláticas en la cocina. Sus amigos. Cometa y Goliat. Su madre y los panes de cardamomo. Mi padre y la tarjeta invitación a Jesús. ø y M. La banda de Zaragoza 33. Valeria y Luis. Las cenas en casa de los Sauer. Tardes en Orquídeas. Dulcerías en la frontera sueca. 10 cerrado y las 10 razones para no dejarnos.
Como tatuajes temporales, de las paredes se desprendían Terry Gilliam, Neil Gaiman, Christoffer Boe, Tun Tun y el Caballo Rojas. Los posters de películas viejas de las tienda de Francisco Sosa. Imágenes de películas y portadas de libros que aprendimos juntos. Atardeceres en Estocolmo y largos recorridos por la ciudad en la madrugada de cualquier Domingo. Lyn May. Eh Eh y Maria Rita le saludaba. There is a light that never goes out. Tideland. Crash. Hunter S. Thompson. From Hell. Chaos de Koudelka reflejado en el piso. Luna Park. Robert Smith/ Just Like Heaven.
Seguimos caminando por San Ildelfonso, chacoteando y bebiendo Beaujolais Nouveau ( como en Navidad) con todos. Y de pronto nos ví en la cocina, en donde se preparaban los bocadillos para la fiesta. " Mira, un pastel, vamos a comerlo" con esa ya caracteristica cara que hace cuando la comida le emociona. " Podemos esperar" dije . Una niña en mediod de los dos dijo " Pueden esperar, pronto les serviré un pedazo y verán que la espera habrá valido". Niña mitad Él, niña mitad yo.
(Y soñar a tu hija es como monearte en Garibaldi después de haberte echado unos shots de maestro limpio escarchados con detergente foca. )
Our day will come If we just wait a while. And no tears for us Think love and wear a smileChavela Vargas en su canción" Las cosas simples" dice que uno siempre vuelve a los viejos sitios donde amó la vida.