22 de diciembre de 2008
12 de Diciembre de 2008
12 de Diciembre representa algo muy importante para un % importante de la población en México. Es el día de la que ahora ( Gracias a Luis) sé que alguna vez fue coronada como Reina de México, la Virgen María, madre de Jesús, la Virgen Morena y cualquier otro nombre con el que se le conozca. Siempre había sentido cierta curiosidad de ir a la Basílica de Guadalupe, especialmente después de ver las fotos de Francisco Mata Rosas en el libro México Tenochtitlán en el cuál retrata ciertos cuadros interesantes de la celebración y que considero el libro más chingón de fotografías del Distrito Federal.
Yo no soy Francisco Mata Rosas pero soy fotográfa y sentía una necesidad de ir a tomar fotos y curiosidad de ir a ver aquello que representa tanto para tanta gente. Así pues nos trepamos en el metro, 2 ateos de nombre Valeria y Luis y una protestante no asidua a la institución, yo.
Chacoteando en el metro y sintiendo los agradables y "sútiles" arrimones de hombres sudorosos en estación Pino Suárez, las viejecitas con bolsas de pelotas , el señor con una sonda pidiendo dinero a lado de las escaleras eléctricas, la chica carente de cejas que se maquillaba como muñeca, las parejitas secundariosas besandose, un ciego tocando el acordéon ( y me acordé de las veces en las que mi abuelo sacaba su acordeón y tocaba canciones que eventualmente lo harían llorar, puesto que para mi abuelo el sinónimo de vivir era sufrir) , el calor y la mugre.
Llegamos a la Basílica de Guadalupe pensando que los ríos de gente no nos dejarían pasar pero fue más fácil de lo que creímos. Y pasamos en fá por esa banda del futuro ( o sea eléctrica) por la que "uno" pasa debajo del cuadro ( que aún no sé si es el original o una copia) de la Virgen, dicho pasaje dura no más de 15 segundos y en esos 15 segundos que no son suficientes para la gran mayoría puesto que se quedan al final contemplando el cuadro ( antes de que llegue un gendarme que les diga que le lleguen). Y recordé cuando mi hermano fue a pararse durante horas en División del Norte para ver pasar el Papamovil. Y me parece ojete pero sentí lo mismo que sentí al estar en el Louvre y ví la Mona Lisa, dicha sensación que sólo puedo definir como " Ah". En realidad, creo que lo importante no es el cuadro pero lo que el implica.
Y la importancia de creer en algo en México es infinita. Me sentí conmovida al estar en un lugar que representa tanto para tanta gente y uno se olvida de los prejuicios, se sienta en las escaleras de la entrada y observa el amor, la energía y aquellas costumbres que parecían olvidadas.
Creer.
http://www.flickr.com/photos/alinesalazar/sets/72157611551312182/
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