21 de enero de 2008
Página 11
" ... eran penosamente limpios. Pero por dentro apestaban. Ni una sola vez habían abierto la puerta que conduce hasta el alma; ni una sola vez se les ocurrió dar un salto a ciegas en la oscuridad. Despúes de comer, se lavaban los platos con presteza y se colocaban en la alacena ; tras haber leído el periódico, se plegaba cuidadosamente y se guardaba en su estante: despúes de lavar la ropa, se planchaba y doblaba y luego se guardaba en los cajones. Todo se hacía pensando en el mañana pero el mañana nunca llegaba. El presente sólo era un puente, y en él siguen gimiendo, como el mundo, y ni a un solo idiota se le ocurre volar el puente."
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El en tranvia ovarico,
Henry MIller,
Tropico de cancer
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