25 de septiembre de 2006

Más dulce que amargo






Si bien es cierto que mi experiencia en España no fue del todo amable y agradable, también es cierto que hubo personas que hicieron que mi estancia valiera la pena.
Empiezo con los madrileños, Geny, madre de mi gran amigo Enrique Sauer. Geny es una mujer integra, amorosa e inteligente que nos abrió las puertas de su casa en Madrid. A su vez también menciono a la familia de Maria Eugenia, con algunas de las niñas más inteligentes que conozco, Aitana y Olivia, y Pepe, una persona sumamente informada y objetiva.
También me gustaría mencionar a Paqui, veterinaria de Alora, Málaga, un pueblo que tiene muchas referencias a Veracruz y que le da un aire a Córdoba, Veracruz. Chica divertida y abierta con ganas de ser todavía mejor. Y el buen amigo Ismael, primo de Jesú, que espero que nos visite pronto en México.
Y en un lugar muy especial, Jesús Sánchez Nicolas mejor conocido como Chule que una vez más me confirmo porque lo quiero tanto, un buen reencuentro despúes de 2 años de distancia, más no de ausencia.
La gente hace los lugares y a su vez los lugares hacen a la gente. Y aunque en los lugares uno puede encontrar una hostilidad terrible, también puede encontrar gente que amortigua la hostilidad.

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