16 de junio de 2009

Todo cambia pero algo se queda

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Después de jotear intensamente en el post pasado, gracias a un lapso deregresión perfectamente innecesaria , concluyó con dicho post el tema J, dado que no quiero tejer y destejer colchas ( Oh gran Rosa Alba ... ) . Pasemos a otro tema.


" Todo cambia pero algo se queda" fueron las sabias y lúcidas palabras de Don ____ al hablar de la situación de los índigenas mazahuas de su comunidad y dicha frase bien podría entrelazarse con otra conversación muy al sur de la Ciudad de México, muchas horas después en voz de Chechen hablando de energía y transformación ( Ya saben, la famosa Ley de Lavoisier inmortalizada por Jorge Drexler y con la cual no podría estar más de acuerdo), florecillas, árboles y nubes.


El Sábado pasado hicimos un pequeño gran viaje al Estado de México en donde visitamos Villa Victoria, San Felipe Santiago en Villa Allende y San Diego "algo". En el primero, chacoteamos por la plaza y visitamos el mercado en el que compramos mangos gordos y jugosos, Luis compró unos hermosos petates y donde un galán en una Lobo color cereza nos dijo a mi y a Valeria " Oye, qué guapas", ni como decirle que no, dado que nuestra guapura es evidente. Seguido del éxito musical " Palitos de Paletas" ( que apenas descubra como trepar, lo haré).


Acompañamos a Bob Freund, conocido por su labor con textiles indígenas. Fuímos a entregar fotos que tomó 3 años atrás. Y buscando a Doña Matilde, caíamos en casa de otra señora bordadora de puntos extraños y que nos platicó de un " hermano" que cura todo, desde los pulmones jodidos por el humo hasta paraliticos y los hace camina gracias a su milagroso aceite salido de los escombros de no sé qué iglesia. Y me queda claro que la fé es inamovible para mucha gente.

Caminando una pequeña lomita llegamos a casa de Doña Matilde que nos recibió con una enorme sonrisa y como el pequeño Zaqueo ( Era un hombre chiquitin que al Señor deseaba ver y cuando Cristo se acercó, mirole con amor y le dijo " Zaqueo, bajate de ahí, que a tu casa voy a ir" y recuerdo con dulce y clara memoria mis días en el departamento de parvulos con la hermana Camargo) , se apuró a sacar las sillas de su casa para que pasaramos a descansar.

Matilde es una de esas escasas personas felices. Aútenticamente felices que te ofrecen una silla y un vaso de coca fría ( equivalente a un pequeño tesoro) para que platiques con ella, para que te cuente de su familia y te enseñé los mejores trajes y las henaguas más hermosas ha usado en su vida. Después salieron con sus carritos, 3 de los 47 bisnietos que tiene Matilde. Una de sus hijas. Una de sus cincuentaytantas nietas.

En uno de los ya clásicos neceos de fin de semana, regresando a DF, fuímos a casa de 3.1416 echamos el agradable trago, un paso de baile con Barry White y la fogata se encendió justo antes de que Luis se quedará dormido en la silla. Hablamos de cine dánes y Dogma 95.

Gran fin de semana.





2 comentarios:

Kozner dijo...

El recapitulación final con las fotografáis está increible.
Si me dejó pendejo.

Anónimo dijo...

What a data of un-ambіguіty and presеrνeness of preсiouѕ еxperiencе
гegarding unρrеdісteԁ feelings.


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