7 de octubre de 2008

Mi padre y cada una de sus cosas

Add to Technorati Favorites

Me acuerdo. No me acuerdo. Me acuerdo. No sé que tan cierto sea ese recuerdo pero aún puedo escuchar el sílbido en mi cabeza. Mi padre me mecía en sus brazos en las noches y me sílbaba una melodía.
En las mañanas me daba vueltas en el coche antes de que fuera la hora para entrar al kinder. Crecí, un poco más que los demás niños, porque siempre he sido una niña/mujer grande y quería ser como Bob Ross ( " un feliz árbol por aquí, una solitaria montaña, donde vive un viejo leñador"), pintaba árboles, casas y pájaros para regalarselos a mi papá.

Las tortas de aguacate que nos preparaba a mi y a mi hermano mientras veíamos capítulos de MacGyver, el verano en que decidió que era una gran idea ponernos a transcribir capítulos de la Biblía. El Parque y las infinitas tardes. Las cenas de los Jueves con mis abuelos.

El dibujo de Sor Juana Inés de la Cruz que me hizo para la escuela. Jugar al súper. Los Sábados en El Chopo o en cualquier tianguis buscando discos de The Beatles en vinil. El y yo en el slam del primer concierto de Placebo en Mexico ( Antes de que Placebo valiera madres, obviamente).Las gelatinitas que practicaba en mis gordos cachetes. El juego de té que me regalo en mi cumpleaños # 6.

Alguna vez mi papá salió de viaje a Taxco y como siempre, me trajo un regalo. Dijo que le habían dicho que el contenido de esa cajita ( que puso en mis gordas manitas) se lo tenía que dar a la mujer que más quería. Me lo dio a mi.


La infancia, claramente, es mucho más fácil que la adolescencia, especialmente para hijos de padres separados que deciden que es bueno que sus hijos tomen un bando. Me convertí en una señora pequeña y me alejé de mi padre. La hostilidad, la frustración y el rencor se hicieron parte de mi vida cotidiana en relación a mi padre. Y aunque abandoné el circulo y lo solté un poco, siempre hubo una parte que no cicatrizo.


Hoy, veinte años ( más, menos) más tarde, tuve una conversación con mi padre, mientras comíamos pastel de elote y tomabamos café. Corta, concreta y honesta ( como tienen que ser la gran mayoría de las cosas). Y aunque ya lo sabía, confirmarlo fue ligeramente shockeante :

Voy a tener un hermano

Medio hermano. Un/una persona de la cual no me puedo desafanar tanto. Y todavía no lo creo. Dicho hermano no ha nacido, todavía está en la panza de su jefa y su existencia, ha causado cierto ( aunque discreto) revuelo. Y quiera o no, muchas cosas cambiarán.

Mi padre y cada una de sus cosas. Mi padre y el tiempo que cuido de mi. Mi padre que nunca me abandono. Mi padre que aunque tomé decisiones raras, es mi padre y no puedo decirle que no.

Al fin cumpliré mi sueño de tener un chalán enano.


Y ya, no pienso hacerla de jamón.

6 comentarios:

humberto acciarressi dijo...

Mi querida Aline: Cosa rara esta de pasar de los "cientocuarenta" caracteres y de la chacota jodona (por lo menos en mi caso)de Twitter, a textos como éste sobre tu papá. Al mío lo perdí cuando tenía siete años, en un tremendo accidente de auto, y casualmente hoy cumpliría años. Tal vez por eso, cuando salté de Twitter a ¿Dónde te agarró el temblor?, me sorprendió gratamente este post, tan bien y sentidamente escrito. Esos recuerdos, el de la melodía sobre tu cabeza y los otros, son los que nos reconcilian con los otros y con nosotros mismos. En un rato, ahorita mismo, me estoy acostando porque mañana me levanto temprano para ir al diario. Creeme si te digo que ahora voy a releer la entrada para dormirme con esa paz que, en ocasiones, transmiten las nostalgias ajenas. Un beso

WebMAAC dijo...

No hay mas que decir que leerte siempre viene a causar efecto en mi, osease que haces pensar, imaginar, poner en un escenario lo que escribes con lo que pienso e imagino.

chido post y debería ser un nieto no?

Garash dijo...

Más allá de todo revuelo familiar, creo que es una gran oportunidad de tener un Tun-tun...

sQrs dijo...

Cuando leí que escribirías de tu padre, me acordé del mío. No suelo pensar en él porque provoca que mi sentido de la vista fluya de manera áspera. Somos tan iguales que no nos entendemos y llegamos a lacerar sin medida. Su ausencia, principal motivo.

Hoy me atreví a leer el post. Mientras leía imaginaba que mi padre hacía lo mismo y por primera vez, no me sentí mal reproduciendo ese tipo de escenas. Ahora entiendo para qué sirve el blog. Pues confieso que provocaste una sensación que no conocía. Gracias.

Aline, si tienes la oportunidad de disfrutar a tu padre y a sus adyacentes, hazlo siempre.

Eres la mujer que más quiere.

(Confieso me da envidia).

Kozner dijo...

¡¿Un medio carnal?!"
Woow! Pues de heco yo tengo 'medios hermanos' por parte tanto de mi madre como de mi padre y la verdad es que me caga la palbra 'medios hermanos' que no mame la sociedad ¿por que llamarlos asi? Ni que estubieran partidos a la mitad... Como sea, ya me desvie del tema.

Tu eres una persona muy cariñosa y tu hermano/a terminara queriendote, sino por las buenas ps se chingara y terminara queriendote. NO'mas no seas manchega y lo agares de chalán enano. (jajaja, te pasas).

Anónimo dijo...

Mi madre y yo lo plantamos
en el límite del patio
donde termina la casa.
Fue mi padre quien lo trajo,
yo tenía cinco años
y él apenas una rama.
Al llegar la primavera,
abonamos bien la tierra
y lo cubrimos de agua;
con trocitos de madera,
hicimos una barrera
para que no se dañara.

Mi árbol brotó...
mi infancia pasó...
Hoy bajo su sombra
que tanto creció...
tenemos recuerdos
mi árbol y yo.

Con el correr de los años,
con los pantalones largos
me llegó la adolescencia.
Fue a la sombra de mi árbol,
una siesta de verano,
cuando perdí la inocencia.
Luego fue tiempo de estudio,
con regresos a menudo
pero con plena conciencia
que iniciaba un largo viaje,
sólo de ida el pasaje
y así me ganó la ausencia.


Mi árbol quedó
y el tiempo pasó...
Hoy bajo su sombra
que tanto creció...
tenemos recuerdos
mi árbol y yo.

Muchos años han pasado
y por fin he regresado
a mi terruño querido.
En el límite del patio,
allí me estaba esperando,
como se espera a un amigo.
Parecía sonreírme,
como queriendo decirme:
""Mira, estoy lleno de nidos""...
Ese árbol que plantamos
hace tantos, tantos años,
siendo yo apenas un niño.

Aquel que brotó
y el tiempo pasó....
Mitad de mi vida
con él se quedó.
Hoy bajo su sombra
que tanto creció....
Tenemos recuerdos...
Mi árbol y yo.

jajajaja