
Durante mucho tiempo lo evite por 1001 razones.
Sin embargo, ya llegamos. Tarde pero sin sueño.
La semana pasada le dí un pulgar arriba a la Universidad, tomé mi petaquita, forré mis libros con forros de plástico Ideal y compré plumas de colores y montón de cosas innecesarias para mi primer día de clases.
Así es, a mis 23 años empiezo una carrera universitaria después de algunos años de darle la vuelta. Apesar de la apatía de algunos amigos y con la sincera bendición ( Por esta, si fueramos católicos) de mis padres.
Entrar a la universidad con compañeros de clase mucho más jóvenes que uno, puede ser un gran reto a la tolerancia y a la paciencia. Y hasta ahora no va tan mal.
La verdad es que todavía no me acostumbro a levantarme a las 4:45 a.m 3 días a la semana para poder llegar a una clase de Íngles que no necesito a las 7 de la mañana mientras mi maestra da 80 vueltas innecesarias a un punto que se puede resolver en 2 segundos.
Mis compañeros en clase de Computación preguntando ; " Miss, ¿Puedo ir al baño?" y yo sólo me pregunto por qué no se levantan y se van, sin avisarle a nadie. Preguntandome si tendrá algo primario o kinderoso y nos darán un godete y papel de china para hacer bolitas para armar un bonito y mal hecho dibujo.
Me siento incapaz de escribir mucho al respecto, todavía no se asienta y la idea de que soy una universitaria me parece un poco ajena, aún.
Y es una gran novedad, la mera verdad.