20 de agosto de 2006

Un sabor amargo en mi boca

yoAsì es como dicen en Universal Stereo FM 92.1 de la Ciudad de Mèxico para referirse a tan cèlebre canciòn beatlemana. Desgraciadamente, para mi es una realidad.
Lleguè a Madrid procedente de Roma hace un poco màs de 2 semanas. Debo confesar que tenìa cierta ilusiòn de estar en España. España es un tema directo para todos los mexicanos por obvias razones. Estar en España es como estar en la casa del padre que te engendrò pero que nunca te reconocìo. Suena medio mamon, un tanto resentido, lo sè y es que ahora de verdad estoy resentida. Es dìcil decir cual fue mi primera impresiòn de Madrid pues lleguè con una fiebre terrible, los ànimos en los suelos ( ojalà fuera literal pero terminè tirada, dormida en el suelo del aeropuerto de Roma) y una madre incapaz de cargarme ( lo cual hubiera sido genial en el momento, ja) . Pasè mis primeros 3 dìas en Madrid verdaderamente jodida y si alguien me preguntarà que he hecho en Madrid, responderia lavar ropa y dormir. Que jodido es estar de viaje totalmente enferma. En Madrid nos quedamos en casa de Geny, madre de mi gran amigo Enrique Sauer y que amablemente nos hospedo en su casa. Llegamos muy entrada la noche y el primer encuentro con alguien de España no fue precisamente ameno. El taxista nos pregunta a donde vamos ( no sin antes quejarse del exceso de equipaje que traiamos) y se encabrona porque no sabemos como llegar. Guey, soy turista y nunca he estado en tu ciudad, tu chamba es ruletear y traes un navegador y te encabronas y me miras mal y me hablas hostilmente por que no sè la respuesta a tu chamba? ... no mames!

Historias asi tengo muchas y la mejor ha pasado en Madrid. Fuìmos al Museo de las Amèricas, museo que pretende exhibir tesoros del " Nuevo Mundo" que españoles se apañaron. El museo està medio pitero, lo ùnico rescatable es un par de fragmentos de còdices mayas y aztecas. Ah y tambièn algunos trajes de los indios de Amèrica del Norte. Chingones.
Bueno, entonces fuimos en metro al Museo y llegamos casi caminando pero debido a las obras era imposible pasar entonces decidimos tomar un taxi para evitarnos la pena de caminar alrededor de 10 kilometros. Vaya sorpresa cuando le dijimos al taxi a donde nos dirigiamos... " Anda, joder, de haber sabido que iban ahi, no las cogia! Usted señora gorda, no le vendrìa mal caminar un poco, un poco de ejercicio". Mi madre con una sonrisa nerviosa no dijo nada, yo me encabronè y le dije " Que le pasa? Usted es un grosero, solo solicitè sus servicios no sus ofensas, bajenos aqui " .. La neta fue un poco gracioso, es gracioso contarlo como anècdota pero el nivel de hostilidad vivido en Madrid ( y algunos casos en Màlaga ) està muy cabròn.
Por lo que he hablado con gente que sabe, lee y se informa esto es debido a la migraciòn de Ecuador, Bolivia, Salvador y otros paìses de Centroamèrica y Àfrica. Es raro, todo esto de la migraciòn es raro. No los quieren y los desprecian pero quieren su trabajo porque hacen todo el trabajo que no quieren. En Parìs, Roma y Madrid los que hacen el trabajo pesado y sucio son los migrantes. Me siento muy mal por toda aquella gente no sòlo de Centroamèrica y Àfrica sino por los mìos que emigran a Estados Unidos. Nadie se va de su paìs por gusto. Es una tragedia que algunos pueden ver.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Tienes razón. Madrid es a veces insufrible. Yo vivo aqui. Soy español y comprendo lo que dices. La ciudad esta viviendo una etapa de grandes cambios con las obras y también esta absorviendo la inmigración que llega. Eso no es fácil.
Lo que no tiene nombre es lo del taxista, pero no le des mas importancia, tuviste mala suerte y la mayoría no son asi. A los españoles también nos pasa de vez en cuando. Los hay que no saben hacer su trabajo y a este taxista le ocurria esto.
Si ya no estas en Madrid te diría que vuelvas de nuevo, con mas tiempo y verás como cuando vayas conociendo la ciudad descubrirás que es una gran ciudad y que los españoles también sabemos ser amables y cordiales con cualquier persona, venga de donde venga.

Un saludo y buena suerte, estes donde estes.

Aline Salazar dijo...

Hola Carlos. Aprecio mucho tu mensaje y tienes razòn. Yo creo que he tenido mala suerte y sin duda creo que España es un paìs que vale la pena conocer. Es una pasada que haya tocado asi. Cabe mencionar que lo de señora gorda era para mi mamà pero las madres son un tema sensible para todo mexicano, jaja.
Yo me encuentro ahora en Fuengirola, Màlaga y me topo aùn con cierta hostilidad menos que en Madrid pero si hay. El estar con amigos lo hace diferente que estar solo por ahi.
El otro dìa me pasò algo en un autobus y estuve a un paso de llorar. Es sòlo que me he sentido sumamente agredida las pasadas dos semanas y la neta no me quiero ir con mal sabor de España. Sin duda, tengo que regresar a comprobar que no es asì.
Saludos y estamos en contacto.

Benedetto dijo...

Aline

Excelente post! ciertamente, el enfoque de la vida de los latinos en Europa es cruel... no es fàcil de digerir, es redondo, còncavo, pica y se extiende...

No es justo que por una minorìa se nos etiquete; se nos mire con recelo en las calles ( fenòmenos que ya me han contado, se da pràcticamente en toda Europa ) ; sin decir de los racismos sin sentido que se aplica para los "morenos" en muchas provincias...

Ni que decir del "atraso" tan bàrbaro que me supone este tipo de actitudes; pero vamos: Ni tu ni yo lo podemos cambiar.

Es nuestra responsabilidad diversificar nuestro entorno; y tratar de adaptarnos al sistema lo màs amigable posible...

Quizà, la nota màs destacable, es que por cada "mal educado/descortès" que nos encontramos en un paseo por el extranjero, nos topamos con 50 personas que nos hacen sentir mejor que en casa...

No lo puedo decir por Europa; pero lo digo por Latinoamèrica, y el Caribe...

Buen blog, mantenlo siempre fresco!

Saludos de Caracas - Venezuela

B e n y :-P

Anónimo dijo...

Aline,

Pasaba por tu blog (por azar) y me llamó la atención tu comentario sobre los madrileños. Creo que tienes un poco de razón, los españoles, y en especial los madrileños, como buenos habitantes de cualquier urbe, son rudos y hasta groseros. Esta sensasión se exacerba porque te lo dicen en tu propio idioma, y al principio te desconcierta. Pero la verdad es que es bastante común, tanto en España como en otros lugares (bueno, los madrileños y los vascos sí se pasan un poco); además, en otros países la gente no toma las trifulcas verbales en el tono serio que las toman los mexicanos, quienes nos ofendemos hasta porque no nos saludan propiamente. Se dicen un par de cosas entre sí, y luego continúa la conversación como si nada. Creo que no lo notamos tanto en otros países porque la carga sociolinguística no es la misma cuando te hablan en alemán, francés (los franceses también son bastante bruscos) o italiano.

En ese sentido, esta hipersensibilidad e hipercortesía es algo de lo cual adolecen(mos) muchos mexicanos. Yo he vivido en dos países (EE.UU. y Alemania), he estado en España más de una vez, y he visitado varios lugares más, y la verdad es que los grados de amabilidad varían. Sin embargo, casi sin excepción, en niguna parte les gusta tanto el circunloquio como a los mexicanos. Nos encanta evadir las frases directas, por el añejo temor a no ofender. En ese proceso, llevamos la ambilidad a extremos ridículos que son casi un ritual. La verdad es que después de vivir en el extranjero, y de tener contacto con muchos amigos míos del norte del país (soy de Morelia), me gusta más un sano punto medio, y aun me inclino por ser más directo. Me parece más saludable que digamos las cosas de frente y directamente, sin proferir insultos por supuesto. Encuentro francamente exasperante que los mexicanos nos ofendamos por la franqueza o la cualidad de decir las cosas sin conrtapisas. "Oye Panchita, préstame tu carro" y no decimos que no por no ofender a Juanita.

Sin embargo, debo confesar que la cortesía me gusta, pero no creo que esté peleada con la franqueza ni el habla directa; antes al contrario, en la mayoría de las circunstancias es más cortés hablar con la verdad sobre lo que uno piensa y no ocultarlo tras una falsa sonrisa. Esto último no es fácil de hacer en México, pues si uno es franco, muchas personas se ofenden, sin que en realidad haya sido esa la intensión original. Además, uno mismo trae esa carga cultural de la cual no es nada sencillo desembarazarse.

En fin, esto es sólo un comentario rápido. Saludos para ti y para todos los chilangolites.

Roberto

Anónimo dijo...

Aline,

Segundos después de presionar "post", me quedé pensando que tal vez había hecho una generalización injusta respecto a los madrileños y los vascos. Cuando he estado en España, nunca he sufrido ninguna descortesía como la que mencionas en tu post. He tenido altercados verbales, pero más bien con amigos (vascos jejejeje) y alguno que otro encuentro con un taxista malhumorado, pero nada que no haya visto en otras partes del mundo. También puede ser que ya estoy más acostumbrado a ese trato, pero todas mis otras experiencias han sido agradables y positivas, incluyendo a mis amigos y a desconocidos. Además, si en verdad te quieres convertir en viajera, aprenderás que este tipo de experiencias son las que le añaden textura a los lugares, las que le dan sabor al caldo, como decimos en México. ¡Qué horrible si todo fuera como Disneylandia!

Así que considera esto como una enmienda de mi comentario anterior. Saludos.

Roberto.

Aline Salazar dijo...

Roberto :

Creo que tienes y no tienes razón.
Es una realidad que los mexicanos tendemos a no ser directos y a ser muy serviciales. Lo cual es parte de siglos jodidos despúes de la conquista ( Lo siento, eso de mencionar la conquista suena resentido, suena trillado pero hay cosas que no se pueden negar ) y a un sentimiento de inferioridad muy cabrón. Lo que yo viví en España ( porque fue en las partes de España en las que estuve, no sólo en Madrid ) no tiene que ver con la neurosis española, con la cual me topé muy a menudo. En ningún país en el que he estado me he sentido tan rechazada como en España y ojo, yo no tengo complejo de inferioridad frente a algún europeo. El nivel de prepotencia, de enojo y de desagrado, juro por mi madre que nunca lo había vivido. Ni siquiera en países en donde uno podría pensar un tanto más lógico que así fuera como, mm no sé, digamos Noruega.
Estoy de acuerdo que las cosas se tienen que hablar directamente pero hay una gran diferencia entre hablar directamente y ser grosero. Y no groserito, si no realmente GROSERO.
Mi anécdota del taxi es una entre muchas que te podría contar de mis 3 semanas en España. Me sorprendió un poco porque tengo amigos que viven en España y grandes amigos españoles viviendo en DF que no son así. Y cuando les cuento lo que me pasó, no lo pueden creer o lo niegan tajantemente. Mi madre vivió en España hace 8 años y dice que la gente no era así.
Está feo, porque yo tenía cierta ilusión de ir a España y conocer, iba sumamente abierta y me dieron una patada en el culo. Fuí a Españar a visitar a mis amigos, pero en mi vida vuelvo a poner un pie en España.

Aline Salazar dijo...

Roberto :

Creo que tienes y no tienes razón.
Es una realidad que los mexicanos tendemos a no ser directos y a ser muy serviciales. Lo cual es parte de siglos jodidos despúes de la conquista ( Lo siento, eso de mencionar la conquista suena resentido, suena trillado pero hay cosas que no se pueden negar ) y a un sentimiento de inferioridad muy cabrón. Lo que yo viví en España ( porque fue en las partes de España en las que estuve, no sólo en Madrid ) no tiene que ver con la neurosis española, con la cual me topé muy a menudo. En ningún país en el que he estado me he sentido tan rechazada como en España y ojo, yo no tengo complejo de inferioridad frente a algún europeo. El nivel de prepotencia, de enojo y de desagrado, juro por mi madre que nunca lo había vivido. Ni siquiera en países en donde uno podría pensar un tanto más lógico que así fuera como, mm no sé, digamos Noruega.
Estoy de acuerdo que las cosas se tienen que hablar directamente pero hay una gran diferencia entre hablar directamente y ser grosero. Y no groserito, si no realmente GROSERO.
Mi anécdota del taxi es una entre muchas que te podría contar de mis 3 semanas en España. Me sorprendió un poco porque tengo amigos que viven en España y grandes amigos españoles viviendo en DF que no son así. Y cuando les cuento lo que me pasó, no lo pueden creer o lo niegan tajantemente. Mi madre vivió en España hace 8 años y dice que la gente no era así.
Está feo, porque yo tenía cierta ilusión de ir a España y conocer, iba sumamente abierta y me dieron una patada en el culo. Fuí a Españar a visitar a mis amigos, pero en mi vida vuelvo a poner un pie en España.